Cada día en el ámbito del fitness profesional surgen nuevas y efectivas técnicas para trabajar diferentes partes del cuerpo.
Una de ellas es la electroestimulación muscular, tratamiento que consiste en la descarga de cargas eléctricas en músculos concretos.
Su finalidad es contraerlos de manera controlada para trabajar fibras musculares y lograr evitar traumas y reparar o regenerar tejidos dañados.
La aplicación descrita anteriormente es sólo una sola de tantas, ya que todo depende del uso que se le quiera dar y la zona del cuerpo que se quiera tratar.
Los efectos también están condicionados a la máquina que se use para su aplicación, en FitnessD10 te aconsejamos según nuestra experiencia.
Ahora según los objetivos que se requieran, se deben utilizar diferentes frecuencias de electroestimulación, así:
La técnica no puede sustituir al ejercicio. Se convierte en un complemento de la rutina de ejercicio, pero nunca lo reemplaza.
Lo ideal es que si lo realizas, no interrumpas de manera brusca tu entrenamiento habitual para evitar los riesgos musculares y efectos sobre la salud.
En términos generales este método es positivo y trae buenos resultados, pero también puede implicar algunas complicaciones y peligros.
Dentro de los más conocidos son la alteración de la frecuencia cardíaca (arritmia) al estimularse de manera simultánea la posición dorsal y de pecho.
Lo ideal es aplicarla sólo para trabajo de resistencia, no para trabajar fuerza máxima.
Si no se tiene costumbre de hacer ejercicio y la persona tiene poca masa muscular, hay riesgo de que el músculo se dañe por rabdomiólisis (ruptura de los tejidos musculares que libera una proteína perjudicial para la sangre).
Ventajas
Esta técnica tiene algunas contraindicaciones que se deben considerar seriamente antes de iniciar la aplicación de las sesiones, dentro de ellas están:
Asimismo, la electroestimulación no puede ser usada por cualquier persona sin evaluación previa.
De hecho, la técnica no se recomienda para personas con marcapasos o que sufran de enfermedades como la epilepsia, várices, trombosis, problemas cardíacos, cáncer con metástasis o estado de embarazo.
Antes del entrenamiento
Como lo ideal es no abandonar el entrenamiento físico, lo mejor es que consumas comida rica en carbohidratos unas 2 ó 3 horas antes de iniciar la actividad (excepto si quieres bajar de peso).
Esto con el fin de recargar el glucógeno necesario para hacer un entrenamiento intenso. También se recomienda tomar medio litro de agua unos 30 ó 40 minutos antes de iniciar el ejercicio.
Con esta información podrás animarte a iniciar las sesiones de electromusculación, pero sin dejar de lado la dieta y una adecuada rutina de ejercicios físicos.