Al empezar a ejercitarte siempre notas que tu energía no es la más alta y que tus pulmones parecen cansarse pronto, pero con el tiempo tu resistencia se va incrementando. Sin embargo, el reto de cada deportista es empujar los límites más allá, lo que significa aumentar la resistencia cardiovascular.
Por eso, hoy te contaremos qué es, cómo lograrla, y todos los secretos que necesitas para mejorarla, consúltanos para más detalles en Entrenador Personal Fitness D10.
La resistencia cardiovascular es la aptitud del corazón, pulmones y los diferentes vasos sanguíneos, lo que resulta en una mayor energía en el cuerpo, especialmente durante el ejercicio prolongado.
Esto significa que el cuerpo bombea y transporta la cantidad suficiente de volumen de sangre a los músculos que se están ejercitando, como así también a la capacidad de los tejidos celulares para procesar el oxígeno que necesitan, y así descartar los residuos.
Para un deportista es vital la resistencia cardiovascular, ya que implica que podrá rendir mejor día a día para poder avanzar, pero también en competencias (si es que decidiera hacerlo). La capacidad del cuerpo de aguanta durante más tiempo y a mayor intensidad la actividad física, además, significa un mayor ejercicio de los músculos y, por lo tanto, un incremento de la masa.
Además de la mayor capacidad física y la mejora de los músculos, la oxigenación que genera la resistencia cardiovascular es provechosa para el día a día porque los deportistas tienen más tolerancia al cansancio y menos estrés (un beneficio que incluso se extiende al deporte).
De igual forma, los niveles de presión arterial mejoran de forma notoria, como lo mencionan algunos expertos de organizaciones de salud en el mundo. En caso de hacer tratamientos de lumbalgia, osteoporosis, obesidad o diabetes, los ejercicios de resistencia son vitales para mejorar la calidad de vida.
Lo principal antes de comenzar a ejercitar la resistencia cardiovascular es consultar a un médico para saber cual es la situación general de tu cuerpo y cuáles son sus recomendaciones para que empieces.
Con la autorización de tu médico, es momento de coordinar esta información con un entrenador profesional que generará un plan de entrenamiento acorde a tus necesidades e impedimentos. Los comienzos serán suaves, sin demasiadas exigencias, pero luego aumentará la intensidad mediante trabajo de musculación.
Es importante no exigirle al cuerpo demasiado, ya que algunas personas terminan sintiendo desde dolores, hasta mareos y náuseas, entre otros síntomas. Esto es una señal muy clara de que el entrenamiento debe ser interrumpido y debes bajar el nivel de exigencia. El sufrimiento es ineficaz, contraproducente y genera que termines perdiendo constancia.
Para tener constancia tienes que organizar, junto con tu entrenador, sesiones de entrenamiento dos veces por semana de forma no consecutiva. Una vez el profesional lo determine y sientas que no tienes que esforzarte más para terminar tu entrenamiento, es momento de avanzar hacia tres sesiones semanales no consecutivas y días de descanso entre cada una.
De esta forma, se avanzará hacia una rutina de ejercicios de resistencia de cuatro veces por semana con dos días consecutivos y uno de descanso. Algunos entrenadores prefieren que las sesiones diarias sean fragmentadas en dos y que no sean de forma consecutiva.
La resistencia cardiovascular se puede ejercitar con una gran cantidad y variedad de ejercicios, lo cuales van desde un comienzo con sesiones de trote, pasando por levantamiento de pesas hasta natación y spinning.
Una excelente idea para aquellos que temen terminar abandonando al poco tiempo es alternar con diferentes ejercicios. Por ejemplo, puedes comenzar con caminata y trote, pero al avanzar, intercalar días en musculación en el gimnasio o clases de spinning (que es una excelente y muy divertida forma de ejercitar la resistencia cardiovascular).
Algunas personas también incluyen en su rutina algunos ejercicios de fuerza saltando a la cuerda, aunque es importante que lo quieres intentar, lo hagas con un entrenador profesional que preste atención a si lo estás haciendo bien, ya que puedes dañarte las articulaciones, por ejemplo.
Por supuesto siempre tienes que consultar con tu entrenador en Entrenador Personal Fitness D10, cualquier cambio que quieras hacer, inclusive si te sientes bien durante todo el entrenamiento y sus avances.